El blog de Katty

Hoy me he sentado a escribir sin tener muy claro de que quiero decir, es que estoy demasiado enojada, a estas alturas ya voy en molestia pq han pasado algunas horas desde que me enojé, la verdad es que si soy muy cascarrabias pero no me gusta enojarme, al menos no de ese enojo en serio, de ese que me dan ganas de mandar todo al diablo, sólo soy rabiosa con cosas como encontrar algunas cosas fuera de su lugar, ver que no se hicieron cosas que pedí que hicieran y cosas mas bien domesticas pero ese enojo que viene desde adentro, trato de evitarlo.

No me gusta hablar mal de las personas o al menos trato de no hacerlo, una vez leí o vi en algún lado que "si uno no tiene nada bueno que decir de alguien, es mejor no decir nada" y lo encontré tan acertado que trato siempre de ponerlo en practica, no siempre lo consigo pero me esfuerzo bastante y por lo mismo me molesta que hagan eso conmigo, yo sé que una no es monedita de oro y que no todos deben quererte y tenerte cariño o aprecio pero si un poco de respeto, sobre todo si ese alguien es una persona cercana.

Desde que me vine a vivir a Iquique que tengo cero amistad, ninguna amiga o amigo con quien desahogarme, los que tenía tampoco es que fueran muchos pero eran los mejores, por ende acá no le cuento mis cosas a nadie, apenas si las converso conmigo misma. Extraño eso de no tener un confidente, alguien que te aconseje y que pueda ver los problemas o complicaciones desde otro punto de vista y entregarte un camino alternativo a seguir o en su defecto ayudar a buscar uno nuevo entre los dos; al menos para mi fue muy difícil encontrar ese alguien con quien hablar de todo y sin que me mal interpretaran o en el caso de líos amorosos, se hiciera una mala imagen del otro sólo por un hecho puntual. Yo extraño a mis amigos (niños y niñas por igual), extraño esa complicidad de con una mirada darse a entender, de que saben que según el tono de voz que uso es lo grave que considero el problema, extraño que me den mi espacio para putear y alegar como cabra chica para después del desahogo sentarnos a buscar la solución desde una mirada mas adulta, extraño el abrazo apretado y calientito de cada uno de ellos, el "pero amiga, si todo va salir mejor", extraño la paciencia, el pucho que yo no me fumo pero ellos sí, la cervecita y hasta la bebida que a veces nos tomábamos, los extraño a todos y cada uno de ellos, incluso extraño el ir camino a casa de cada uno y saber que allá me esperaban ellos y un espacio en el cual podía ser, sin preocuparme de no molestar a nadie con la manera que tengo de decir las cosas, o de que mal interpreten mi forma de hablar, mis expresiones de rabia momentánea, los extraño a morir, los extraño tanto que hasta me siento patética de escribir esto pero sé que entenderán que es por que los quiero, por que los necesito pero los kilómetros le hacen mal a la amistad, ya nada puede ser como antes pq no es posible transmitirles mi tono de voz por un mail o una entrada de blog, pq la respuesta nunca es inmediata, pq no se pueden captar las sutilezas que sólo al estar juntos se perciben, pq el teléfono es demasiado impersonal para mi gusto y además cualquiera puede oirte (en el entorno), pq el videochat es lo mejor a lo que echar mano pero nuestros horarios o disposiciones no siempre coinciden, en fin, se entiende la idea, no? los extraño y a veces me siento abandonada en medio del desierto pero en el fondo sé que los tengo, sé que apenas tome un avión y pueda estar con ustedes todo volverá a ser como antes pero eso nunca dura mucho, siempre tengo q volver y lo odio.

Algunas personas hablan con sus madres pero eso es algo impensado para mi, si hay alguien en el mundo que no tiene nada en común conmigo, esa es mi mamá, me quiere y todo eso típico de las mamás pero con ella no se puede hablar, cuando alguna vez le conté algo, lo terminó usando para juzgar o juzgarme, mal interpretó todo lo que dije, reprochó todo lo que pudo y una vez que terminó de hacer todo eso, comenzó a prohibir sin querer oir realmente como eran las cosas, entendió lo que quiso y no dió lugar a ningún tipo de explicación o nota aclaratoria; sin embargo, a pesar de que durante mi adolescencia le dejé bien en claro que no somos amigas y no lo seremos nunca, ella insiste en escudriñar para poder lanzar sus juicios de valor y comentarios venenosos, tampoco se trata de que yo no le cuento nada, si no que evito contarle los temas que tienen que ver con decisiones trascendentales e incluso a veces los temas banales los lleva por algun retorcido camino en el cual termina juzgando la forma hasta en la que lavo los platos......ya, basta, hablar de mi mamá me pone de mal humor, peor del que ya tenía.

Anuncié que esta entrada no tenía ni pies ni cabeza, que era sólo un desahogo, así que para el que llegó leyendo hasta aquí:

Muchas gracias por tu paciencia ^____^

Y, sólo por si acaso, mi enojo no era con mi mamá, aun cuando quizás no se notó XD.